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katakrek

Diez mil millones de moscas no pueden estar equivocadas

El problema es mío. Lo tengo bien claro. No me odio, reconozco mis taras y la verdad, puedo vivir con ellas. Padezco de soberbia, a veces y todo de megalomanía. No lo puedo evitar, no me odiéis por lo que soy. La vida se ha encargado de moldearme. Los culpables de todo esto, de lo que me he convertido, sois vosotros.

No me es muy difícil, la verdad, mirar por encima del hombro a los demás mortales. Pero, ¿qué culpa tengo yo? Acaso no es normal leer a Borges, entenderlo, interiorizarlo y después mirar a todo el que esté a tu alcance y reírte en su cara. Sus problemas, motivaciones, inquietudes,… basura comparada con mi mundo interior. Faldas que no son demasiado cortas, cubata que te libraste de pagar en aquel garito. Rimel demasiado caro, fibrarte un poco más e el gimnasio. Objetivos vacíos, existencia inexistente.

Y no es que me ría de las limitaciones de las demás (estoy convencido que no soy superior a la media), causadas por factores socioeconómicos más que físicos, sino de la subnormalidad de la persona al no darse cuenta de que está perdiendo el tiempo con sus cosas, que su realidad es fingida, que existen cosas más edificantes que esnifar pegamento. La gente es feliz en su tema, me mira como un bicho raro al leerse un libro que me ha extasiado, escuchar un grupo de música, para mí cojonudo, comentar cierta película sublime. Para ellos lo mejor es UPA Dance, Bucal y Bisbal. Pues eso, para vosotros.

Sin duda, la trascendencia de este escrito será como siempre casi nula, no cambiará nada, no hará que los demás me miren con otros ojos (si acaso me miarán con ojos peores). De lo que no hay duda es que alguien está equivocado, porque solo hay un camino. Y recordando lo que dijo Ockham, si hay conflicto, la explicación más sencilla es plausible. Por lo tanto, ¿no seré yo el que esté equivocado? ¿No valdría más la pena dejarse llevar por la estupidez, dejar la mente en blanco, consumir todo lo que me echen? Quizás, quizás debería cambiar y convertirme en uno más, en otro enigma con piernas y sin mente. Quizás. O quizás no.

5 comentarios

Wilfredo Rising -

Ah, qué morbazo tiene el elitismo!!. Y qué me dicen de la misoginia?. Eso sí que es excitante: Una vez conocí a una mujer inteligente y casi me cortocircuito de placer. Por otro lado, esta puerca y necia realidad, me hace sentir tan bello y obtuso a la vez.

JIP -

Yo creo que lo del merengue es que en realidad eres del madre, pero no te atreves a salir del armario... tranquilo, kamikaze, katakrek y yo te apoyaremos en tu toma de posesión de tu verdadera y esencial condición... humana y futbolera...

katakrek -

Bueno, os podría decir que si o que no, pero mejor digo que no digo nada. El que no explica no debe dar excusas por su error.

Kamikaze Cowboy -

No esta hecha la miel para el paladar del cerdo.
Por cierto, nunca me ha gustado la miel. Es francamente empalagosa, harto dulce y su color dorado me enerva sobremanera.
El otro día descubrí que el merengue en pequeños trocitos es aquel sabor que tanto me complacía de pequeño y que durante tantos años me trajo de cabeza.
Descubrirlo ha sido un gran paso para mi y un insignificante paso para la humanidad.
Pásate por el fotolog y dime que te parece la tremebunda visión sebre el fútbol sala que profeso.

JIP -

Búsqueda... duda... Conocimiento... todos ellos términos incompatibles con el instinto de conservación... La lucidez es tragedia y la inteligencia fatalidad... Cioran escuchó en un mercado, de labios de una vieja, que "para estar tranquilo hay que permanecer en lo normal de la vida"...

en mi opinión, por eso, no hay mayor verdad ni libertad que ser uno dueño, quizá a su pesar, de sus propios castigos...

saludos.