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katakrek

Alguien tenía que decirlo

A remolque (Modo demagógico ON)

La vida nos regala bellas metáforas. Pero son metáforas encarnadas en hechos reales. Hechos reales que simbolizan otros mayores, como si el destino se encargara de resumirnos en pequeños retazos toda una obra entera.

 

Hay gente que lucha, gente que se manifiesta, gente que muere, allá en China. Por una causa centenaria, y justa según ellos. En eso no voy a entrar, no estoy lo suficientemente capacitado. Para lo que sí me veo con fuerzas es para ver que la cosa está jodida. Represión gubernamental a los medios, represión física a los manifestantes. Y mientras China a punto de celebrar unas Olimpiadas. Aquí la primera, quizás no tan pequeña, metáfora. Puede haber muertes, puede haber injusticia social, puede haber incluso una puta dictadura, que aquí no pasa nada. Lo más importante es poner buena cara. Que se vea cómo molamos, que lo sepa todo el mundo, estamos montando una gran fiesta, ¿qué importa que estemos de mierda hasta el cuello? Y eso vale para China, España y Madagascar.

 

Después está el tema de la antorcha. Otra metáfora,… o parábola,… da igual, nunca he sido bueno con esto de los parecidos razonables. El fuego de la concordia, de la hermandad, que debería iluminar a la gente con la esperanza de un futuro de paz y armonía, es apagada, ultrajada, se tiene que esconder, cambiar de recorrido, ya que su mensaje lo transmite alguien cuya hipocresía es máxima. Y claro, la gente, que no es tonta (o quizás sólo reaccionaria), le dice que y una mierda, que quésehacreido, que a mí no me la das, por aquí no paso. Y no quiere escuchar el mensajito de marras. Porque puedes decir que España va bien, que EEUU es el país más seguro del mundo y con más armas en la calle, que ahora Irak está mejor, y que los pisos no van a bajar de precio. Y claro, te va a creer tu puta madre.

 

O, espera, veo a gente que, aún y con todo, se para detrás de la valla, a ver a la antorcha pasar. Aquí tenemos a la tercera metáfora en discordia,… Porque da igual lo que pase a tu alrededor.  Que muera gente, ya que está lejos. Que los pisos sean caros, ya que tú tienes el tuyo. Que el vecino tenga un Colt, ya que yo tengo una Mágnum 44… Tú has venido a ver la puta antorcha, al mitin, y no te importa porqué cojones han cambiado el recorrido, sino que te sientes ultrajado, ya que querías escuchar un discurso, ver un símbolo, que para ti no significa una puta mierda, y que ha sido resguardado por una gente a la que le importa bien poco, para poder decir que has estado allí, echarte la foto y formar parte del momento.

 

Y a los demás, que les den por el culo.

¡Viva la demagogia! o Cómo ser un nuevo hippie sin saber de qué cojones se está hablando

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Antes de empezar, que conste que todo maltrato hacia cualquier animal me produce asco, ira y una sensación de total rechazo, y que querría que aquellos que lo imparten, fueran sodomizados con una caña de bambú rota repleta de rozos de cristal y sujetada por un diablo de Tasmania en shock epiléptico.

 

Dicho esto, me centro. Me acaba de llegar a mi correo un simpático mensaje, donde se comenta que el maltrato hacia los animales para conseguir sus pieles, debe acabar… Correcto. Añaden un fantabuloso video (el cuál no voy a reproducir aquí, porque no he podido ni soportar los primeros 30 segundos), donde se vé, entre otras lindezas, como le arrancan las pieles a las pobres bestias, cuando aún están vivas…

 

A todo esto, quiero decir lo siguiente:

 

-          Nenes, me parece perfecto que os sensibilicéis, pero creo que decir esto cuando cinco minutos antes os habéis quitado vuestras gafas Oakley, los zapatos de cuero y habéis encargado vuestros maravillosos asientos de piel al almacén tunning de turno, queda un poco,… como diríamos, de mal gusto.

-          Es muy fácil criticar a ciertos países, pueblos,… desde la lejanía. Pero la puta realidad es que ni ellos mismos saben que lo que están haciendo está mal… y por otro lado, es eso o morir de hambre. Yo, en su caso, lo tendría claro.

-          Está bien que queráis cambiar el mundo, pero dudo mucho que poniendo vuestro nombre en un mensaje anónimo, tachando de inaceptable un video anónimo, y queriendo parar una costumbre que no se sabe quién, cuándo ni dónde la practicó, vayáis a hacer mucho… Pero claro, en este país de pancarta, en este mundo acomodado del sofá y el mando a distancia, eso es lo correcto,… ¡Hala!, enchufo mi nombre en mi Msn y me voy, que he quedado para jugar a fútbol, la pelota de cuero hecha en China por un crío de 9 años.

 

Pues lo dicho, dejad de tocar los cojones,… si queréis realmente hacer algo útil, volved a Tian’anmen, a la Revolución Francesa o a los tiempos de Don Pelayo,… quemad una fábrica de pieles, no vayáis a trabajar en dos semanas o votad en masa a la izquierda comunista… Pero por favor, en vez de seguir la corriente principal, pensad un poco.

Sin haberme llamado

            No cojo el testigo de nadie, más que nada porque no me ha llegado… Pero por curiosidad, he abierto el libro que me estoy leyendo por la página 139 y me he leído el segundo párrafo. Que conste que no he llegado hasta ese punto en el libro. Pero me ha parecido interesante, tan interesante como para transcribirlo aquí.

            Se trata de Correspondencias, Noches de escupir cerveza y maldiciones, libro que recopila el cruce de cartas que hubo en los años sesenta entre Charles Bukowski y Sheri Martinelli (a saber, la editora que se atrevió a publicar parte de su obra cuando Hank era un completo desconocido.

 

            Estas cartas surgieron de la inicial negativa de Sheri a publicar el trabajo de Chinaski en un principio, alegando que sus escritos estaban repletos de ira, pero que no creía que hablar de la cotidianidad de un borracho, por muy atormentada que fuese, fuera interesante. Se puede resumir que estas cartas son un compendio de cómo Bukowski se movía por la vida y porqué escribía lo que escribía.

Agradezco a mi amigo Javi que me haya recomendado este libro.

“arden allí cosas más grandes que poemas o rubias de nailon y liguero, jodr, me refiero a las rubias jóvenes, Sheri, de noches de escupir cerveza y maldiciones; arden allí cosas más grandes que luchar por tu vida en un combate de 4 asaltos, los guantes que bombardean tus entrañas cuando lo único que quieres es amor?...¿o gente que cree que eres un cabrón por que puedes estar tirado en una habitación 3 semanas, con las persianas de la enfermedad echadas, sin el menor deseo de echar un vistazo a la cara de tu hermano? Dime,¿es eso locura? Arden allí cosas más grandes que cuando la música hinca las garras y se arrastra cual hormigas desde el suelo, asciende por los brazos, el pecho, el culo, y canta dentro de tu cabeza, canta palabras, palabras y amor locos, y todos los muros y los bosques de la música en llamas y tú te ríes raroborracho y te llegas a la máquina de escribir y todas las rubias locas y todos los guantes locos, Shakespeare tan cerca como el pimentero, Beethoven en el billetero junto al boleto de apuestas y el nombre de una puta, la sangre de los combates a 4 que surge como un aria, y sales por la PUERTA (la máquina puede esperar) a las cárceles, los antros, el tráfico loco como un zorro, los carteles desgarrados que gritan nombres de viejas amantes a través de la malaria del resuello,, y mira mira mira PUM, el camarero ya te clicha con su ojo de científico y las viejas putas se atildan frente al espejo, y la noche es estupenda, por dios por dios por dios, gramolas y gritos y el ciervo que arremete contra las ventanas, y tú has estado hablando por tu careto impío y lleno de cicatrices. Mientes sobre el último combate a 4 asaltos que ganaste en el 53, o recuerdas aquella vez que saliste en la misma revista que Lorca y Sartre y todos los demás. bueno, joder. todo eso es viejo. Pero también lo son las magnolias y las guerras y las montañas y las corridas de toros, y por todas partes llega el sonido y una mujer grita tu nombre y te ríes y no importa, y el camarero llega como Dios, el cielo embotellado, la caja registradora del infierno, y el purgatorio hasta las 2 de la madrugada, así que brinda por el toro muerto, el amor muerto, todo lo muerto frente a la mañana, mientras tus dedos se cierran lentamente en torno a la mentira y te la meten por el gaznate.” 

 

Hank, tú sí que sabías.

Comprehensive Theory of String Duality for a Real Universe

Comprehensive Theory of String Duality for a Real Universe

            Durante toda la historia de la Ciencia, los científicos han intentado unificar todas las teorías científicas que describen el comportamiento del Universo en una sola teoría. Esto no es un capricho, ya que debido a que solo observamos un Universo, es lógico que deba haber solo una teoría para explicar el comportamiento de éste. Cuando me refiero a unir teorías, es a unir la teoría de la relatividad general y la mecánica cuántica. La primera, explica los efectos de las fuerzas gravitatorias sobre un espacio-tiempo curvo. La segunda, explica los movimientos de las partículas a nivel atómico. Pero aún no se ha podido encontrar la unión entre el espacio grande y el espacio pequeño, ya que las partículas atómicas siguen, normalmente, una trayectoria inercial geodésica sobre el espacio-tiempo curvo.

            Dentro de los esfuerzos científicos para unificar estas teorías, durante el pasado siglo XX (mayoritariamente), se han hecho adelantos dentro del campo de las Teorías de Cuerdas, dando lugar a un movimiento llamado Teoría de las Supercuerdas.

            La grandeza de esta teoría radica en que, debido a lo que explicaremos más adelante, borra del mapa las discrepancias que existen en aplicar la teoría de la relatividad general a escala de Planck.

La TSC's explica estas cuerdas son objetos unidimensionales extendidos que evolucionan en el espacio-tiempo. Para que esta evolución sea efectiva dentro de un modelo matemático exacto, deben existir en 10 dimensiones o más. Las cuerdas forman espirales que se plegan sobre si mismos o que, por otro lado, también pueden extenderse  hasta el infinito, vibrando de tal manera que se envían ondas de gravedad a través del espacio. Para la creación del Universo y las galaxias que pueblan hoy nuestro Universo, las que estuvieron más implicadas fueron las cuerdas cortas, debido a su alta velocidad de oscilación, disipando su energía en unos cuantos millones de años. Y también debido a esta rápida oscilación fueron las primeras en desaparecer, quedando en la actualidad, supuestamente, solo las cuerdas largas.

            Para materializar esto, la TSC explica que las sesenta partículas elementales (fermiones, bosones, etc, supongo) no son simples esferas infinitésimas, sino que son cuerdas que están hiperreplegadas y además teramasivas, de tal manera que un solo trozo de apenas milímetros podría pesar como todos los seres vivos del planeta juntos.

            Pero, ¿Cuándo se crearon exactamente estos elementos? Pues se tiene la creencia no confirmada que esto sucedió en uno de lo que los científicos llaman Transición de Fase. El primer estadio donde se produjo una Transición de Fase acaeció instantes después del celebérrimo Big Bang, en el momento en el que la energía pura y solitaria se convirtió en el dúo energía-materia, debido a la condensación energética en forma de materia.  En posteriores Transiciones, se dieron paso a las siguientes separaciones de fuerzas (nuclear débil, nuclear fuerte,...). El caso es que, debido a estos cambios, el Universo pudo crear grietas en el espacio-tiempo, reteniendo las fuerzas del espacio anterior.

            Llegados a este punto, debemos aclarar el concepto multidimensional, que no es algo gratuito. Para casar la TSC con la realidad, algebraicamente necesitamos diez dimensiones (u once, o 26) para anular ciertas descompensaciones matemáticas en el modelo del Universo. Este “apaño” ya fue utilizado por Kaluza y Klein para demostrar, a partir de una supuesta quinta dimensión, la convergencia de la gravedad y el electromagnetismo, aseveración que está más que apoyada actualmente por múltiples ensayos científicos, y que a la postre, comparte semejanzas con la ley de relatividad general.  Continuaremos con este tema en próximas entregas.

Hoy, al estilo de Tannhauser

Hoy, al estilo de Tannhauser

Por mí se va hasta la ciudad doliente,

por mí se va al eterno sufrimiento,

por mí se va a la gente condenada.

La justicia movió a mi alto arquitecto.

Hízome la divina potestad,

el saber sumo y el amor primero.

Antes de mí no fue cosa creada

sino lo eterno y duro eternamente.

Dejad, los que aquí entráis, toda esperanza.

            Sieteaeme. Suena el despertador. Igualito que las trompetas de Apocalipsis (según San Juan). Mi pequeño ocaso diario. Lo bueno es que este momento es el único que domino del día. El hecho de decidir cada noche la hora del despertar me otorga un poder, poder que se me antoja hipócrita, comparado a cómo vivo el resto del día. Pero es cierto, en ese impás, en ese lúcido momento, yo tengo el poder, yo domino la horizontal y la vertical.

            Dirijo mis manos a la cafetera y me doy cuenta que no hay café. ¡Maldita sea! Pié izquierdo amigo. Mientras se calienta, me dispongo a asearme un poco. “Acabado pero limpio”, que no se diga. El agua fría del grifo me recuerda el mundo en el que vivo, sin concesiones. De fondo suena Rusty Cage, de Soundgarden (no muy alta, no vaya a molestar). Bonita ironía. Por muy oxidada que vea mi jaula, no soy capaz de romper los barrotes. ¿Porqué me torturo así? ¿Es que acaso la tremenda monotonía no me ha enseñado nada? Ya se sabe, nos gusta tropezar con la misma piedra.

            Ochoaeme. Misma hora de ayer, misma hora de mañana. Echo la mirada atrás, como para cerciorarme que en verdad es cierto que me voy a equivocar una vez más. Sí. Voy a ir al trabajo. De reojo capto la mirada interrogante de Íran, que en ese momento se iba a dormir. Jodida gata. Lo peor (o lo mejor) es que, debido a su irracionalidad, no sabe la suerte que tiene. Suerte de no tener que arrepentirse de tener libertad. Santa monada. Supongo que la tengo porque todo el mundo tiene que ser un poco bipolar, y ante la imposibilidad de vivir dos vidas en mí mismo, le doy una oportunidad a ella. Llegaré tarde. Cierro la puerta. Abro la del portal. Comparada con el aire de hoy, el agua del grifo estaba tibia. Veinte minutos para la etapa de montaña, después dos puertos de segunda más, un puerto especial y a acabar la etapa en subida. Quedan aún muchos golpes de pedal. 

            Nueveaeme. Llego a la tienda. Creo que Dante debió tener la misma Divina sensación que yo al atravesar las puertas del averno. Nueve círculos infernales, nueve horas en las que consumir mi vida. Por aquí circularán todo tipo de individuos, pecadores, cada cual de peor calaña que el anterior. Y yo estaré aquí, viendo pasar esa caterva, esa conjura de necios, aguantando sus estupideces. Solo de pensarlo me empieza a atacar la migraña. Puedo sentir su mano caliente presionándome la sien. Cada sonrisa que me veo forzado a dibujar en mi cara, cada aparato inútil que tengo que buscar en la base de datos, es un pequeño tronco que aviva un poco más la llama que calienta esa mano. Parece que Dios mismo se la haya tomado conmigo. Puedo oir su voz, gritando “Más madera” cada vez que se abre la puerta.

            El único consuelo que tengo es el de siempre. Pensar que cada minuto que pasa es un minuto menos. Pero la verdad, es que debo hacer grandes esfuerzos para no darme cuenta que también falta cada vez menos para el mañana, que siempre es hoy.

            ¿Acaso no me lo he buscado? A veces esta pregunta me viene a la mente. ¿Es posible que quiera hacer esto? Puede ser, sin duda. La verdad es que creo que haber leído a tantos besalonas me tiene que haber cambiado el carácter. Bukowski, Fante, Walser, Celine... Viendo esto me doy cuenta que el exceso de información es más perjudicial que la falta del mismo.

            Nuevepeeme. Después de una jornada laboral anodina me embarco hacia casa (sí, podría haberme quedado cuando volví a comer, pero decidí postergarlo para una mejor ocasión). Hoy me ha tocado hacer caja. ¡Odio hacer caja! Y sobretodo cuando no cuadra. Pero tengo bién claro que es por culpa mía. Las máquinas, como mi gata, nunca se equivocan. Pero yo, enfrentado a algo con números fallo, seguro. Ya sabéis que yo y las matemáticas no nos llevamos bién. Gracias a todo esto, he llegado a tener unas de las más palpitantes migrañas de mi vida. No sé donde se habrán metido las endorfinas, pero a mi el dolor no me produce placer, por muy acostumbrado que esté a él.

            Al salir de la tienda veo un mensaje de Samuel y una llamada perdida de Sergio. Hoy toca Perro. Pero no pienso ir. Sería una buena manera de acabar un mal día. No voy a osar yo a cambiar el devenir de mi vida. Ese no seré yo. Además, tal y como está el horno, saldrán unos bollos preciosos. Así que no desperdiciaré el día y me sentaré en el ordenador y me volcaré en él.

            Unaaeme. Después de una cena frugal y tres horas desescribiendo textos, he colgado mi último post en mi bitácora. Las mismas palabras de siempre. Creo que he creado una nueva forma de escribir. La he bautizado migrañear. Seguramente no soy el primero que la utilizo, ni el último.

            Destrozado, me dirijo a la cama, y vuelvo mi mirada otra vez atrás. La gata está en la misma posición. Para ella no ha pasado el tiempo. Se ha levantado, ha pasado el día y se va a dormir otra vez. Igual que yo. La única diferencia es que yo estoy aquí para ser testigo de su vida. Y de la mía. Apago la luz.

            Siempreaeme. Cierro los ojos e intento no hacer balance. Seguramente es por el dicho Zen ese de las lágrimas en la puesta de sol y las estrellas. Me refiero a que soy injusto conmigo mismo. Porque en el fondo mi vida no es tan mala. Porque tengo amigos. Porque soy inteligente. Porque tengo el cráneo bién proporcionado. Porque en el fondo soy un optimista. Siento que si no fuera yo me estaría fallando a mí mismo.

            Si crees que no has tenido suficiente con atravesar las puetas del infierno, atraviesa las puertas de Tannhauser.

 PS: Agradecimientos al Sr. Aurelio, por la cesión de la foto que acompaña el artículo. Pueden revisar su interesante trabajo en http://www.arte-redes.com/nocturama/

La senda del perdedor

La senda del perdedor Creo que mis amistades se estarán preguntando porqué no he escrito aún nada de Alonso, con lo que me llega a gustar. Y la verdad es que no sólo me gusta este piloto, sino el mundo de la Fórmula1 en general. Pues no lo he hecho por dos motivos. Más o menos, los dos motivos son el mismo, y se pueden resumir con la misma frase: La gente es gilipollas. Ya sea por exceso o por defecto, por pasarse o no llegar, por exageración o menosprecio.
Por un lado, tres semanas antes de convertirse en campeón del mundo, van y le dan el Premio Príncipe de Asturias… Debemos de darnos cuenta que con él, estaba compitiendo el mismísimo Angel Nieto, gloria del motociclismo español y mundial. Pero no, se lo dieron a él. Soberbia estupidez. Por mucho que me guste un piloto no puedo aceptar de buen gusto este tipo de citaciones.
En el mismo saco podríamos meter a los miles de soplapollas que no saben que los monoplazas no corren con Super 97, no tienen ni puñetera idea de que es un cigüeñal y lo más parecido que han visto a un pistón es una tableta de chocolate. Esos patriotillas de pacotilla, que veneran a todo lo que huela a tortilla de patatas, ya sea llegando a la luna o jugando al mus. Y después salen a la calle, durante toda la noche y embriagados (por el éxito de su compatriota y las 23 VollDamm’s ingeridas) y se pasan toda la noche gritando: Alooooonso, Alooooonso, Aluounso, Eluuunso, Alfooooonso,… Y terminan vomitando encima de sus colegas, y destrozando el mobiliario urbano, y violando a perras que están más borrachas que ellos. En fin, al pueblo pan y circo.
En el otro lado de la balanza está la gente que desprestigia al campeón, que le quita importancia a su victoria. Y, aunque parezca mentira, sus motivos son similares a los anteriores. Resumiendo, además de no tener ni puta idea de Fórmula1 ni de la vida en general, son hispanóginos. Y es que no apoyar a la gente de España ( Catalans, Euskeras, Galegos,…) está de moda. En un país donde está de moda el perder, desde batallas históricas hasta la fama de potencia sexual, a los ganadores no se les ve con buenos ojos. Te ponen excusas de que a Alonso se lo han regalado todo, que ha tenido mucha suerte, que su familia tiene mucha pasta y se lo han podido permitir… No teneis, otra vez, ni puta idea. Algún mérito tendrá el puto chaval, que ha ganado un campeonato de regularidad en una liga que mueve cantidades ingentes de leuros, donde sólo compiten los 20 mejores pilotos del mundo… Joder, que alguien se repase su biografía y verá como lo ha pasado de los 7 a los 17 años, de circuito en circuito, por toda Europa, sin vida, en la furgoneta de su padre,… pero no, la gente prefiere losers, perdedores como ellos, sin pasado ni futuro.
Yo, como con casi todo en la vida, prefiero pasar de las opiniones de la gente, sabiendo que yo soy poseedor de la verdad absoluta y que lo que opinen los seres inferiores a mí es basura, seguir disfrutando de la Fórmula1, gane quién gane, apoyando a la gente que simplemente tiene más puntos para congeniar conmigo (no entiendo el Finlandés) y alegrarme mínimamente por una persona cuando las cosas le van bién sin haber tenido que matar a nadie. Amén.

Con la vena de la frente palpitante

Los sentimientos que te asaltan sentado en el WC, atendiendo a una de aquellas cosas que aún nos unen con todo ser viviente, pueden ser de lo más variado. Miedo ante lo desconocido, incertidumbre ante el futuro próximo incierto, alegría ante un desenlace rápido, frustración e impotencia,… realmente, un abanico de lo más variopinto.
El otro día me encontraba yo enfrascado en dichos menesteres (tarea rápida en mi caso, casi como siempre, que le voy a hacer, es un don) y, no se porqué, se me ocurrió que yo era el único ser de la tierra que hacía eso, no en ese momento, sino siempre. Es ilógico pensarlo, pero por lo que sé de biología todo debemos cagar. No obstante, se hace raro pensar que todo el mundo que ves, aquél tío que toma un café con aire displicente en la barra del bar, aquella tía buena que se cruza contigo por la calle, tu madre, tu jefe,… no, no puede ser, se hace extraño… Pero en el fondo lo sabes, ellos también tienen esa imperiosa necesidad. ¿Qué es lo que hace que mi mente piense de esta forma? Si hacemos caso de los consejos de sabios, lo que nos dicen que la televisión ejerce una influencia elevada en nuestra forma de pensar, deberíamos pensar que ese es el motivo. Y aunque, normalmente discrepe con dicha autoridad (¿competente?), debo reconocer que en este caso tienen razón.
A mi entender, no se si por ahorrar cinta o porque, simplemente queda mal a ojos del espectador, casi la totalidad de las películas y/o series que podemos ver en nuestra casa, en nuestro comedor, en nuestro sofá, no se ajustan a la realidad. Y no es que lo distorsionen, sino que potencian, remarcan, ciertos aspectos de los protagonistas, los más llamativos, seguramente para hacer productos más llamativos, y por el contrario dejan de lado ciertas rutinas más lógicas, a mi entender. Ya sé que algunos me dirán que lo que digo es una gilipollez, que no hay nadie que le interese ver la cotidianidad de los personajes, etc. Pero lo cierto es que, a mí, personalmente (y que conste que ahora no quiero ver como cagan todos los personajes de cada película) me interesaría ver a la gente de cierta forma más realista. ¿O alguien se imagina a Sharon Stone, después de pegar un polvo con Miguelito Douglas, yendo al bidé a limpiarse los costrones resecos de la entrepierna? Hay más ejemplos que se me vienen a la cabeza. Superman lavando su traje después de una dura batalla; Cobra, encarnado por Don-rictus-inmutable Stallone, pasando por el lava-lava su coche, esperando pacientemente a que le den el SuperAbrillantadoDeLuxe; Cameron Díaz dándose cuenta que se ha quedado sin Támpax y más imágenes que seguro que os vienen a la cabeza fácilmente.
Por no hablar del cúmulo de desdichas de las series de televisión. Dichas series nos intentan hacer creer que, por ejemplo, las cosas que les pasan a los protas de turno son cosas de lo más real. Y en parte es cierto. ¿Pero como no nos van a pasar? Si es que les pasa de todo. Joder, es que en una pandilla de seis amigos se juntan todos los sucesos posibles. ¿Cómo puede ser que a solo seis personas, sin haber abandonado el instituto y con solo 17 años, les pase lo siguiente?: Atropellos, fundar un grupo de música (con éxito de ventas), peleas entre ellos y con otros grupos, viajes a tutiplé, bodas, divorcios, contagios de SIDA, embarazos, pasar la selectividad (tres veces), crear un videojuego, enfrentarse con dos asesinos en serie, enrollarse todos con todos (con todos), se arruinan, les toca la lotería, se enrollan con las/los profes, señoras de la limpieza, conserjes, trabajen en la cafetería del insti (todos, profes, conserjes y señoras de la limpieza incluidos), se cruzan con todos los mafiosos de la ciudad, mueren ocho integrantes del grupo, resucitan dos, trece intentos de homicidio, 23 cambios inesperados de carácter, de forma irreversible, y un largo etc. y en cambio no se ve a nadie cagar en toda la puta temporada, manda cojones.
Y es que este mundillo del cine, se me antoja vacio, tal y como le parecía el nuestro a Neo, veía que algo no le encajaba, que todo era irreal, que había algo que no le dejaba ese regustillo a realidad.
Después vienen los malentendidos. Que si tu chica esperaba que te declararas arrodillado en la Fontana di Trevi con banda de música incluida, que si a todas las tías les llega el orgasmo cada 0,15 minutos, que si tus pedos no huelen,… La realidad nos incomoda, nos intentamos alejar de ella acercándolos más al celuloide, olvidándonos de que lo que se nos presenta es artificio, verdad a medias y lo que realmente nos sucede dista mucho de la utópica versión humanoide del cine.
Bueno, después de esta soberbia estupidez, sabiendo que las películas y las series nada más que son eso y que no me las tengo que tomar como un guión de la vida me voy. Este artículo podría ser más extenso, pero la verdad es que me estoy meando.